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Una vez conocí a un agente inmobiliario que me dijo que uno de sus mentores le había dicho que si quería vender una casa tenía que ponerse a hacer tostadas antes que llegaran las personas a visitar la propiedad, las personas interesadas.

Porque eso le daba una sensación o le evocaba una sensación, una emoción de hogar, de un olor muy conocido.

Yo creo que esto no lo podemos replicar en Airbnb porque nosotros no lo podemos vender con olores, al menos no todavía.

Pero me pareció interesante pensar que eso es una experiencia que nosotros estamos brindando por dentro de la casa donde nos estamos llevando o estamos tratando de llevar con la imaginación a estos interesados en lo que es la compra y la venta inmobiliaria a pensar y a anclar una emoción, un momento, un recuerdo y no hablarle de los metros cuadrados que tiene la casa.

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Entonces, tomando este concepto, ¿qué cosas y cómo podemos contarlas para llevar a ese usuario?

En vez de decirle que tiene una cocina o un balcón, ¿cómo podemos hacer que se sienta ya viviendo dentro de nuestro alojamiento?

Ya sea que está de vacaciones o que está viviendo temporalmente ahí, ¿Cómo hacemos para traer a ese usuario a la experiencia que va a vivir si nos alquila a nosotros?